Cómo cultivar tomates ecológicos

IIntroducción:

En este post os vamos a indicar cómo cultivar tomates ecológicos, sin necesidad de usar abonos químicos o fertilizantes. Si seguís los pasos que os vamos a indicar para cultivarlos, tendréis unos tomates de primera calidad y un sabor inigualable.
Comentar también que en este post partiremos de plántulas y no de semilla germinada, aunque también sería válido. Escribiremos un artículo acerca de cómo germinar semillas de tomate en un futuro.

Elegir la variedad de tomate adecuada:

Antes de empezar a preparar la tierra, semillero o invernadero, conviene conocer algunas de las variedades de tomate más habituales y también, algunas de las más reconocidas por su sabor y valor culinario.

Variedades de tomate más comunes:

  • Tomate marmande

Esta variedad de tomate es una de las más populares. De procedencia francesa. Desarrollada por Vilmorin Seed Co. Scarlet. Tamaño: medio-grande. Son plantas muy productivas y podrás conseguir una gran cantidad de tomates si el cultivo se realiza sin estrés sobre éstas.

  • Tomate gigante rosa

Variedad de gran producción y que puede alcanzar una altura de más de un metro y medio. Frutos de color ligeramente rosa, grandes. Algunos alcanzan los 500 gramos de peso.

  • Tomate cherry

Planta de porte pequeño, así como el fruto (entre 3 y 4 centímetros de diámetro). Fruto muy usado en la cocina para: tostadas, ensaladas, etc. Al ser de tamaño pequeño, es una de las más usadas para el cultivo en maceto-huerto.

  • Tomate corazón de buey

Esta variedad de tomate tiene su nombre por la forma de su fruto (un corazón) y su color rojo intenso. Peso de los frutos entre 150 y 200 gramos. Pulpa abundante. Sabor dulce y especialmente recomendado para ensaladas o para comer crudo.

  • Tomate pera

Posiblemente esta variedad la conozcáis todos. Planta de porte bajo que puede crecer sin necesidad de guías como cañas o cualquier tipo de ayuda. Frutos de forma de “pera” (ovalada). Color rojo intenso, similar al corazón de buey. Lo podéis encontrar en muchos supermercados, en la sección de frutas.

Preparar el suelo para el cultivo de tomates:

El tomate es una planta de la familia de las solanáceas, originaria de América del sur. Anual y a veces bienal (tarda en completar su ciclo vital 2 años).

No es muy exigente en lo que al sustrato se refiere (suelo), pero sí en el drenaje. El sustrato debe estar esponjoso, sin compactar y aireado. Prefiere suelos arcillosos, pero no en exceso. Con muchísima materia orgánica y ligeramente ácidos en lo que al pH se refiere.

En cuanto a luz, es una planta que necesita muchísima. La falta de luminosidad podría afectar al desarrollo de la planta y de los frutos, viéndose éstos últimos mermados tanto en producción como en calidad.

Referente al agua, gusta de riegos copiosos pero no en exceso. Mantener la humedad entre un 60 y 80% sería lo ideal. Suelo mojado pero no encharcado. De lo contrario podría aparecer hongos.

Nosotros, cultivaremos las plantas de tomate en bancales de sustrato fabricado y sobre suelo. Para esponjar el suelo en LaCasilla, únicamente usamos estiércol. Aplicamos una capa previa al arado leve de la tierra. Al ser estiércol equino, ya contiene restos de paja y forraje para animales, lo que esponjará el suelo aún más. Esto activará la flora del suelo, además de contener muchísimos nutrientes que la planta aprovechará (son especialmente glotonas).

Si vas a plantar en maceta o mesa de cultivo y tienes que fabricar tu propio sustrato, te recomendamos que añadas humus de lombriz (puedes comprarlo aunque tener una vermi compostera sería lo ideal) y también fibra de coco. La fibra esponjará y proporcionará una mejor aireación del sustrato, que derivará en un mayor crecimiento radicular.

En esta próxima temporada, en LaCasilla también probaremos a realizar el cultivo sobre alpacas (o balas). Intentaremos fabricarlas nosotros mismos con el estiércol que comentamos anteriormente, aserrín y quizás algunos restos más. Iremos poniendo fotos del progreso del cultivo en nuestro Instagram para que podáis ver las diferencias si todo va bien. Para más información sobre cómo cultivar tomates en alpacas de paja u otros, haced click aquí.

Hay varios tipos de sustrato donde podéis cultivar vuestras plantas de tomate, pero no los trataremos en esta ocasión. Quizás más adelante.

Plantar sobre suelo:

Lo primero a tener en cuenta antes de poner las plantas en su lugar definitivo es del espacio que disponemos. En LaCasilla disponemos las plantas sobre el clásico surco. La separación entre planta y planta deberá ser aproximadamente de 60 a 70 centímetros (dependiendo también de la variedad a cultivar) y 90 centímetros a un metro para la separación de los surcos. Para la sujeción de las plantas, usamos cañas, que además podemos recoger de una zona cercana.

Una vez transplantadas, no debemos olvidar regarlas puesto que el sustrato donde están ahora de forma definitiva estará seco.

Etapa de crecimiento de la planta de tomate:

Una planta de tomate necesita entre 6 y 8 horas de luz como mínimo. En todas estas horas de luz, el sol calentará la tierra. La tomatera es una planta que necesita tener las raíces calientes, por lo que sería una buena idea ir podando las ramas bajas en la medida de lo posible para que la luz incida diréctamente sobre la tierra, aumentando su temperatura y el crecimiento radicular de nuestra planta.

No os olvidéis de ir quitándole los hijos (chupones), dejando aproximadamente unas tres ramas principales. La tomatera, sin este tipo de poda y cuidado crecería de manera desmesurada. Esto puede llevar a pensar que la producción sería de más calidad, cuando quizás no lo es. Los frutos serán más pequeños al tener la planta mayor envergadura y tener “más superficie que alimentar”. Tampoco os olvidéis de ir atando la planta al soporte que uséis. Nosotros, como dijimos anteriormente, usamos cañas. Usamos una simple cuerda para amarrar las plantas y que así luego sea mucho más fácil acceder a ellas, a parte del beneficio para ellas: la seguridad de poder crecer sin miedo a troncharse en algún momento por el peso o por las inclemencias del tiempo.

Como dijimos anteriormente, dependiendo de la variedad de tomate que estéis cultivando, la planta alcanzará una altura aproximada de 1,40-1,50 metros.

En esta etapa de la planta es crucial alimentarla correctamente, por lo que no os olvidéis de proporcionarle nutrientes (en nuestro caso, estiércol) en esta etapa. Si todo va correctamente y no tenéis ninguna plaga (podéis ver nuestro post sobre tratamiento de plagas de forma ecológica haciendo click aquí), tendréis plantas vigorosas y fuertes. Ahora sólo queda esperar a ver aparecer las primeras flores.

Etapa de floración y fruto de la planta de tomate:

Si todo ha ido correctamente, empezaremos a ver las primeras flores, que aparecerán normalmente a partir del cuarto racimo. No te olvides de ir atando la planta a su soporte, conforme va creciendo. Esto es importante porque, como dijimos antes, el peso de la planta podría llevar a que se rompieran algunas ramas y dañaría la planta.

En esta etapa, la planta, quizás requiera de un aporte extra dependiendo de la cantidad de estiércol que agregamos cuando preparamos el suelo. Lo ideal sería observar la planta para ver si aparece algún signo de carencia en sus hojas. De ser así, podríamos añadir un poco de estiércol y humus de lombriz.

Recuerda también ir quitando las malas hierbas, escardando el suelo o arrancándolas de raíz. Hay que tener mucha precaución para no dañar la planta. El objetivo de quitar las malas hierbas es el que todos tenéis en mente: todos los nutrientes deben ser para la planta de tomate. O al menos la gran mayoría de ellos. Estas plantas, a parte de ser incómodas a la hora de revisar nuestras plantas de tomate, consumen los nutrientes, compitiendo con nuestras plantas de tomate.

Lo ideal también sería ir podando las ramas bajas, hasta dejar 2 ó 3 principales únicamente (aunque existen otros tipo de poda, que en esta ocasión no cubriremos). Tampoco debéis olvidaros de los “chupones”, que tendremos que ir quitando conforme los detectamos. Para quitar los “chupones” del tomate no es necesario ninguna herramienta en la gran mayoría de las ocasiones. Dándole un pellizco podemos quitar los “chupones” sin problema. Los quitamos para que la planta centre su atención en producir buenos tomates, en las ramas principales que dejaremos y no en más.

En el caso de que veas las flores secarse y caerse después de formarse, es muy posible que tengas alguna deficiencia que tendrás que corregir.

Recuerda no mojar las hojas de la planta. A la tomatera no le gusta en absoluto y podría proliferar hongos si unimos riego del sustrato con riego foliar (sobre todo en invernadero).

Sobre la temperatura, aquí en LaCasilla en verano tenemos temperaturas muy altas. Sin embargo, la planta de tomate, para que su crecimiento y producción sean óptimos se deberá mantener una temperatura entre 21 y 27ºC, aguantando como máxima 36ºC. Procura que no le falte agua en los días de más calor. Recuerda que deberás regar temprano por la mañana o atardeciendo si no tienes sistema de riego automatizado. No es recomendable regar en las horas de más calor. Una de las razones es que se evaporaría mucho más rápido el agua, entre otras.

Tampoco es recomendable mojar los frutos. Puedes atar las ramas que por el peso estén más cerca de la humedad del suelo o diréctamente en él.

Recolección de los tomates:

Cuando el fruto (el tomate) está complétamente rojo, es el punto óptimo de cosecha. Sin embargo, habrá personas que le guste con otra textura.

Retira los tomates que consideres en su punto según tus gustos, ya que ayudará a la planta y a los demás tomates a madurar. También puedes retirar los que estén en mal estado. Como dijimos en otra ocasión, no queremos desperdiciar nutrientes en algo que vamos posteriormente a desechar.

Ya solo queda disfrutarlos!